ROSARIO y DIONISIO desaparecen por el foro. PAULA sale de su escondite. Se acerca a la puerta del foro y mira. Luego corre hacia el balcón y vuelve a mirar a través de los cristales. La trompeta de DON ROSARIO sigue sonando, más lejos cada vez, interpretando una bonita marcha militar. PAULA saluda con la mano, tras los cristales. Después se vuelve. Ve los tres sombreros de copa y los coge... Y, de pronto, cuando parece que se va a poner sentimental, tira los sombreros al aire y lanza el alegre grito de la pista: ¡Hoop! Sonríe, saluda y cae el